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viernes, septiembre 08, 2006

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CON TODO MI AMOR AL PUEBLO SAHARAUI

Desde mis humildes, sencillas y torpes palabras, nacidas de mi corazón, voy a intentar expresar sin odio, recor o reproche la realidad de un pueblo que en mitad de la nada o en tierra ocupada sigue vivo, esperando pacientemente su libertad.


Imágenes de un genocidio

Debo deciros que esta hermosa y bella señora que con serenidad, firmeza y amor reclama pacificamente los derechos legitimos de su pueblo Saharaui, es ya un símbolo del pacifismo Mundial. Se trata de Aminetu Haidar.

Su fragilidad, delgadez, sensibilidad, intensa mirada y una sonrisa que ilumina su cara, ha sufrido las atrocidades más injustificadas que os podais imaginar. Desde la década de los 90 hasta nuestros dias el aparato represor del Estado Marroquí a roto sus huesos, ha sido golpeada sin piedad, violada y humillada. Sin conseguir jamás la renunia y la defensa de su amado pueblo. Como ella otros miles de Saharauis han pasado por este amargo trago en defensa de sus libertades.

Su amado pueblo Saharahui, sólo con oir su nombre parece iluminarla, resplandecer con un poder magnético y su sonrisa, su hermosa sonrisa. He tenido el gran placer y honor de conocer a esta sencilla mujer y reconozco que el amor que le hace continuar me hace pensar que es posible un Sahara libre.

Después de una huelga de hambre que puso seriamente en peligro su vida y la concesión del V premio Juan Maria Bandrés. Fue excarcelada y se encuentra exiliada en nuestro Pais. Desde su llegada se ha dedicado a viajar y denunciar la situación de represión brutal de los Terriorios ocupados y la situación de dolorosa penuria de los campamentos, en mitad de la nada. No hace demasiado estuvo en Bruselas y la semana próxima parte a Whasington en busca de una solución que parece eternizarse.

La razón conoce mil peros para no alzanzar un acuerdo. La posición estratégica de Marruecos le permite continuar con el saqueo y humillación de un puebllo que sigue vivo, muy vivo y que no se detendrá hasta el objetivo final., su libertad. Quizás no hoy, ni mañana, ni dentro de cinco o diez años, aun así que nadie lo dude, se conseguirá.